Mojado por las lagrimas el
seno
presentose la bella pecadora,
con sus ojos de ensueño, encantadora,
con sus labios de miel y de veneno.
Y aquel lirio de Sion, de
aromas lleno,
nacido en los jardines de la aurora,
inclino la cabeza soadora
ante el dulce y sublime Nazareno.
Y ungio los pies de Cristo,
la ramera,
con sus lagrimas… Luego,humildemente,
secolos con su hermosa cabellera.
Y el santo de Salem alzo la
frente
y dijo con faz dulce y suave tono:
“ Levantate, mujer: Yo te perdono!”